Podemos definir la firma electrónica como el equivalente de nuestra firma manuscrita en el mundo digital. Se compone de una serie de datos que nos permiten acreditar nuestra identidad de manera única y segura digitalmente..
Para poder hacer uso de la firma electrónica es necesario disponer de un certificado digital expedido por una entidad certificada para tal fin. El certificado nos identifica jurídicamente y usando un juego de claves proporcionado, podemos validar y certificar digitalmente nuestra identidad como firmante.
Además de la identificación del firmante y la certificación de la integridad y la no modificación de los datos recibidos, la firma electrónica se puede usar para diferentes operaciones en la web, permitiéndonos presentar documentación telemáticamente, firmado de correos electrónicos, etc., aunque en la actualidad, la aplicación de la firma electrónica en el mundo empresarial está sobre todo extendida para el firmado de facturas, existiendo diferentes soluciones tales como Plataformas de Firmado o Sistemas ERP preparados para el envío masivo de facturas firmadas.